Maranatha


Maranatha"

Por Rdo. David Horta Sepúlveda

."El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. Maranatha."
(1ª Corintios 16: 22)
Introducción:
El origen idiomático de la palabra " Maranatha" es siriaco y su significado literal es ; "el Señor viene" .Y en el arameo era una palabra compuesta que significa "Señor nuestro ven". Esta palabra era utilizada en la Iglesia Cristiana de los primeros tiempos o apostólica , con un propósito emblemático o lema distintivo de quienes mantenían viva la fe en la promesa de la pronta venida de Cristo por segunda vez . Esta palabra era utilizada también como un saludo motivador entre los hermanos, que se fortalecían y recordaban mutuamente el deber de ser vigilantes y responsables de mantener encendida la lámpara refulgente del amor por el Salvador y Señor Jesucristo. En este contexto es que encontramos la palabra "maranatha" por única vez en la Biblia; Siendo utilizada por el apóstol Pablo en su carta a la Iglesia de Corintios"El Señor Viene":
Con certidumbre sabemos que la venida de nuestro Señor Jesucristo se cumplirá. La Iglesia de Jesucristo a través de todos los tiempos a mantenido esta doctrina como uno de sus pilares. La base bíblica es abundante y terminante respecto a la seguridad de la venida por segunda vez de Jesucristo. Posiblemente las palabras más significativas son justamente las de nuestro Salvador respecto a su venida. El señaló:
"Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomaré á mí mismo: para que donde yo estoy, vosotros también estéis". (Juan 14: 3)
"Y entonces verán al Hijo del hombre, que vendrá en las nubes con mucha potestad y gloria. Velad pues, porque no sabéis cuándo el señor de la casa vendrá; si á la tarde, ó á la media noche, ó al canto del gallo, ó á la mañana; " (Marcos 13: 26, 35)
"...Ciertamente, vengo en breve..." (Apocalipsis 22: 20 b)
Estas palabras que fueron pronunciadas por Jesús de Nazaret hace casi 2000 años, se mantienen inalterables siendo estas promesas el fundamento de la doctrina de su venida para arrebatar a su Iglesia y luego cumplir con el juicio sobre las naciones, poniendo sus pies sobre esta tierra como el Rey de reyes y Señor de Señores.
Hoy cuando nos reunimos para terminar y comenzar un nuevo año, la promesa de su regreso y el testimonio angelical una vez más es recordado a cada uno de Ustedes que conforman o son parte del cuerpo que es la Iglesia
"Los cuales también les dijeron: Varones Galileos, ¿qué estáis mirando al cielo? este mismo Jesús que ha sido tomado desde vosotros arriba en el cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo." (Hechos 1: 11)
El amor, el Señor y su venida:
Así como el apóstol Pablo habló, exhortó y reprendió cuando utilizó el saludo de "maranatha", Dios por medio de su palabra y en la misma relación contexto entre amor a El y su pronta venida; Nos habla a la Iglesia hoy.
Se ha dicho que la Iglesia actual es igual en características a la Iglesia de Laodicea, una iglesia tibia, indiferente y complacida en su comodidad. Una iglesia que desvía su vista a si misma y sus intereses terrenales alejándola de su Redentor, una iglesia que es repugnante a los ojos de Dios. Pero existe una parte de esta misma iglesia actual que se asemeja mucho a otra de las iglesias apocalípticas; Es la Iglesia de Efeso, y aun cuando ésta, siendo una iglesia esforzada en el cumplimiento de su misión, perdió lo mismo que la iglesia de Laodicea y por lo cual es reprendida; "Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor".(Apoc. 2: 4). Debemos comprender que el estado lamentable de tibieza y comodidad es un estado en el cual nuestros ojos se han desviado desde el objeto de nuestra fe a nosotros mismos. Este estado es producto de la perdida de amor por el Señor de nuestra vida, es producto de los afanes de este mundo; Y recuerden el texto a los corintios; Esto es maldecido, ósea contrario a bendición. Nosotros nos enfrentamos a los albores del cumplimiento del regreso de Jesucristo y Dios a su Iglesia le hace la misma pregunta triplicada y dolorosa que Jesús le hizo al apóstol Pedro; "..¿me amas más que estos?..." (Juan 21: 15). Esta interrogante sensible que parte el alma y el espíritu debe ser contestada íntimamente por cada uno de nosotros. ¿Le amamos más que cualquier cosa?, y reconociendo nuestra condición; ¿Deseamos y amamos su venida?.
¿Qué amor exige el Señor de nosotros?:
"Nosotros le amamos á él, porque él nos amó primero." (1ª Juan 4: 19)
Esta porción nos enseña que debemos amar a Jesús como el nos amó y nos ama, con constancia, su palabra nos enseña y manifiesta expresivamente su sentir; "...Con amor eterno te he amado, por tanto te soporté con misericordia" ( Jer.31: 3). El amor que exige Dios de nosotros está en su propia naturaleza y El derramó su amor sobre nosotros; sus hijos; " ...Dios es amor; y el que vive en amor, vive en Dios, y Dios en él." (1ª Juan 4: 16 b). No tenemos excusa para esconder este amor.
El amor a Dios debe ser expresivo y un resultado de la elevación del ser , no es un amor precavido, lógico ni calculista, la forma humana y egocentrista de ninguna manera es la forma aceptable a Dios, David , el salmista de lo más profundo de su ser exclamó; " Te amo, fortaleza mía".
El amor a Dios debe manifestado con hechos concretos; "Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y en verdad." (1ª Juan 3: 18)
Hoy como nuestros Padres lo hicieron ayer, recordamos con las mismas palabras a la iglesia, que el espíritu de servicio en la obra debe ser éste; Haciendo todas las cosas sin perder de vista el objeto de nuestra fe, todo con amor sublime a nuestro Señor Jesucristo. Esperando con responsabilidad, con provisión de aceite espiritual, y con ardiente gozo su pronto regreso.
"El que da testimonio de estas cosas, dice: Ciertamente, vengo en breve. Amén, sea así. Ven: Señor Jesús." (Apocalipsis 22: 20)
¡¡ Maranatha!!